La calle Corrientes desbordada por La Noche de las Librerías
Sin dudas, La Noche de las Librerías ya es un clásico porteño. En esta XII edición, el público invadió la avenida Corrientes, que esta vez tuvo las actividades a lo largo de diez cuadras, desde la 9 de Julio hasta Junín, en una jornada con muchas actividades, unos 40 escritores y doce escenarios diferentes.
Esta clásica actividad, organizada por el Ministerio de Cultura porteño, tuvo una masiva concurrencia: había argentinos de todas las edades, muchos curiosos y también extranjeros. A medida que avanzaba la noche el público desafió -o aprovechó- las altas temperaturas y sin importarle la amenaza de lluvia latente, recorrió de punta a punta los diversos escenarios donde había desde debates entre escritores a shows musicales.
La idea era comprar libros y superar los 80.000 visitantes de la última edición. Hubo que caminar mucho, recorrer y revolver para conseguir ofertas o comprar títulos a buen precio. Estar sentado en cómodos sillones sobre avenida Corrientes seducía a cualquiera. Sin embargo, los helados a veces les ganaron a los precios de los libros.
Como era de esperar, muchos libreros sacaron sus caballetes a la cale para seducir a los lectores a pesar de la crisis. En Lorraine (Corrientes 1513) había dos promociones: un libro por 70 pesos o tres ejemplares por 150.
Algunas ofertas similares se podían conseguir en Dickens, en Corrientes y Uruguay: algunas ediciones de años pasados se conseguían por 79 pesos o tres ejemplares por 200 pesos y en este caso, la respuesta del público no tardó en llegar.
La cadena de librerías Cúspide ofrecía títulos hasta tres cuotas sin interés con todas las tarjetas y otra interesante promo: quienes se compraban dos libros de autores como Liliana Heker, Gabriel García Márquez, Laura Restrepo, Claudia Piñeiro y María Moreno, entre otros, recibían de regalo una bolsa con frases de Simone de Beauvoir. Además, instalaron una pantalla promocionando “Libreros por un día”, una actividad en la que los escritores vendieron libros hace quince días en la tienda de Cúspide en Recoleta.
Fuente: Clarín